Sabemos que es una de las preguntas más comunes, sobre todo entre las entidades que no están obligadas a desarrollar un Plan de Igualdad.
El implementar un Plan de Igualdad aporta un sinfín de beneficios para cualquier organización, ya sea pública o privadas y de cualquier sector. Entre ellas, consideramos importante resaltar:
- Fomenta un clima de trabajo agradable entre la plantilla laboral
- Crea una cultura empresarial de desarrollo e innovación constante
- Establece medidas para luchar contra la discriminación por razón de sexo
- Mejora la imagen pública de la entidad
Se considera que una empresa está feminizada cuando más del 60% de las personas trabajadoras son mujeres. Sabemos que esta situación puede ser común en las empresas del sector social, pero no debemos olvidar que todas las empresas independientemente de la composición de su plantilla pueden beneficiarse de elaborar e implementar un Plan de Igualdad.
El plan de Igualdad ayuda a eliminar modelos de conductas pasadas, que bien puedan estar anticuados o que no contemplen las medidas de conciliación con la vida personal y familiar. Además, mejora el clima de igualdad de la plantilla, al recogerse de manera específica aspectos que repercuten sobre la actividad laboral de las personas trabajadoras.
Aspectos como los mencionados anteriormente ayuda a retener el talento y a mejorar la imagen pública de la entidad, por lo que un Plan de Igualdad es sumamente beneficioso también para las empresas feminizadas.
Sabemos que el ponerse manos a la obra puede generar dudas o agobios.
Por eso, prestamos nuestro asesoramiento desde las primeras fases. Las primeras etapas son las más importantes, y comienzan por dar traslado a la plantilla mediante una comunicación pública a todas las personas que forman parte de la empresa.
Una vez comunicado a toda la plantilla, debe de conformarse la Comisión Negociadora, la cual estará encargada de desarrollar el diagnóstico de la situación actual, así como de negociar las medidas que se implantaran en el Plan de Igualdad.
Una vez que se establece y comienza a implantarse el Plan de Igualdad el plazo de vigencia máximo es de 4 años. No obstante, cada entidad es libre de desarrollar un Plan de Igualdad nuevo antes de que finalice el plazo obligatorio, si así lo considera necesario.
Independientemente de la vigencia del Plan, esta herramienta tiene que ser dinámica y flexible, adaptándose a los cambios que puedan irse produciendo, reajustándose en función de las necesidades y limitaciones que se observen.
De tal manera, cada acción que se plantee en el Plan debe estar sujeta a una calendarización, facilitando de esta manera el cumplimiento de todas ellas, así como la adquisición previa de los recursos necesarios (materiales, humanos y económicos).
Cómo ya habrás escuchado en alguna ocasión, el conocimiento es poder.
Consideramos que tener una buena y diversa base teórica es el mejor punto de partida para llegar a una práctica lo más igualitaria posible.
Para ello, es fundamental que toda la plantilla conozca qué es la igualdad, y pueda tomar un papel activo para implementarla en el día a día.
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